Skypekonferenz zwischen Neudietendorf und Moreno

Sonntag, 28. September 2008

Bueno, desde que volvimos, entre los tres, estuvimos escribiendo algo sobre el viaje, un resumen sobre ésta experiencia, he aquí el resultado:

Desde que nos enteramos que viajaríamos a Alemania, comenzó un suceso de cosas espectaculares, de las cuales rescatamos muchísimas: conocer gente maravillosa, desde la gente que organizó perfectamente el proyecto como Inés y sus asistentes hasta los alumnos del Colegio Goethe y las chicas que viajaron a las Olimpíadas de Alemán en Dresden.
Los que en un principio parecían tres lejanos meses, se esfumaron sin darnos tiempo a caer en la aventura en la que estábamos embarcándonos. ¡Una experiencia increíble e inolvidable!
Hasta que por fin llegó el tan esperado día: la partida, ese día en el que los nervios, la ansiedad y la emoción fueron difíciles de controlar, tanto de nosotros como de los nuestros.
Ese 26 de Julio, sería el día en el que nuestras vidas comenzarían otro rumbo; el día a partir del que nos enfrentaríamos con un mundo nuevo y totalmente diferente… Hermoso
13 horas de vuelo nos separaban de nuestro destino, y otras tres de los que más adelante se convertiría verdaderamente en nuestro “HOGAR”, Zinzendorfhaus, en Neudietendorf, un pequeño pueblo estéticamente conservado en el tiempo del “Bundesland” (provincia) de Tühringen.
69 adolescentes de entre 14 y 19 años, de 15 naciones distintas (Alemania, Argentina, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Chipre, Croacia, Eslovaquia, España, Ghana, Irlanda, Israel, México, Portugal, Turquía y Senegal) convivimos bajo el interés por el idioma alemán, construyendo rápidamente lazos de una fuerte amistad que durarán para siempre; y gracias a Internet es posible que perdure ese contacto.
12 eran los integrantes del equipo que coordinaba, organizaba y dirigía el Proyecto: 5 profesores, 5 “betreuers” (coordinadores) una secretaria y la directora.
Durante las tres semanas no sólo aprendimos y mejoramos nuestro manejo para con el idioma, si no que también nos enseñaron a hacer manualidades, acrobacias, malabares, entre otras cosas.
No faltaron las visitas a los museos, castillos, a las ciudades, como Dresden, Eisenach o Jena, las iglesias, la manufactura de VW y hasta a un campo de concentración en las afueras de Weimar.
Festejamos cumpleaños, hicimos fiestas, fogones, parrilladas y campeonatos de deporte.
Asistíamos a clases (cada uno en su nivel) tres horas diarias, por las mañanas de lunes a sábados y tuvimos la posibilidad de rendir exámenes de los niveles A1; A2 y B1 del Instituto Goethe, habiendo rendido dos de nosotros el nivel B1 y el otro el nivel A1, aprobando los tres.
Luego de volver y reencontrarnos con nuestros familiares y amigos, volvimos poco a poco a nuestra vida normal, manteniendo y afianzando los lazos creados, con la meta y las ganas de volver pronto a aquel mundo que parecía tan lejano, tan distante, pero que ahora gracias a esta experiencia maravillosa, entendemos que todo es posible, y que nada aunque lejos parezca, es inalcanzable.
Por eso no queremos ni vamos a dejar de agradecer de corazón a todos los que colaboraron e hicieron posible este viaje, esta hermosa experiencia, desde las personas que lo organizaron, hasta las que colaboraron y nos apoyaron.
A la gente del Instituto (tanto los de Argentina como los de Alemania), a la gente de la Embajada, la Comisión Directiva, la Escuela, las Familias, a los Amigos: no nos quedan más palabras que ¡¡¡GRACIAS!!! ¡¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!!!

Emiliano, Gisela y Ana Laura